He hablado muchas veces de cómo hemos empezado en el Perú a generar una cultura que valora el éxito, al punto que hoy admiramos y reconocemos a quienes son capaces de hacer empresa, de generar nuevas ideas, de triunfar. Sin embargo, nuestra aceptación del éxito tiene todavía un punto de quiebre y es que admiramos al emprendedor, pero rechazamos al empresario. Sí. ¿Cuántas veces hemos oído calificar a los empresarios de egoístas, más interesados en el dinero que en el bienestar común y, por lo tanto, seres de los que se debe desconfiar?
Hay una regla que dice que el 2% de las personas trata de engañar sistemáticamente, pero no perdamos de vista que el 98% restante actúa correctamente y entre ellos está la mayoría de empresarios del país. Seamos objetivos, nuestra ética no depende de cómo nos ganamos la vida, sino de nuestros valores. Es momento de romper algunos mitos.
Mito 1: Los empresarios solo piensan en su bolsillo. La función principal de la empresa es generar utilidades, y al hacerlo genera empleo y ayuda al crecimiento del país. Eso lo hacen muchos peruanos que dirigen sus empresas dentro de marcos éticos. Es más, el Perú es un país líder en responsabilidad social empresarial (RSE) en la región. Lee el resto de esta entrada »
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